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viernes, 12 de octubre de 2012

Solicitud de Segregacion de la Línea del Campo de Gibraltar

Capítulo 4º

Ayuntamiento nuevo 35

Excmo. señor.

El Excmo. Señor Ministro de la Gobernación con fecha 17 enero último me dice lo siguiente:


Pasado informe del Consejo de Estado según previene el artículo 30 de la Ley Municipal, el expediente sobre segregación del distrito municipal  de San Roque, de la parte del territorio que comprende la Línea del Campo de Gibraltar, formando Ayuntamiento independiente, aquel Cuerpo en pleno ha emitido el siguiente dictamen: Excmo señor. Para dar cumplimiento a la orden de S. A. el Regente del Reino de 26 noviembre anterior, recibida en 11 de este mes, ha examinado el Consejo el adjunto expediente promovido en solicitud de que se segregue del distrito municipal de San Roque en la provincia de Cádiz, a fin de formar nuevo ayuntamiento, la parte del territorio que comprende la Línea de campo de Gibraltar.

Entablaron en dicha solicitud doscientos seis vecinos de la Línea,  adhiriéndose a ellas más adelante otros ciento veinte y cuatro; de manera que siendo trescientos treinta los recurrentes y no excediendo de cuatrocientos veinte y seis  el número de vecinos de la porción que se intenta segregar, ha podido y debido tomarse en consideración esta pretensión,  con arreglo al número 2º. artículo 28 de la Ley Municipal, puesto que aquellos constituyen la mayoría de éstos.

Para demostrar la conveniencia y justicia de la segregación, exponen los interesados que la población de la Línea es doble de la que exige la Ley como circunstancia precisa para poder acordar semejantes medidas; que consta de ciento treinta y seis casas de mampostería, perfectamente edificadas, y de ciento cincuenta huertos, los cuales, después de satisfacer las necesidades de la localidad, dejan sobrante, que conducido a Gibraltar, constituye una especulación de prodigiosos resultados; que tiene barcos pescadores, canteras, caleras y fábricas de ladrillos, que ocupan muchos brazos y da lugar a una ventajosa exportación y que existen en aquel punto, plaza de mercado, tiendas e industria de muchos géneros que le permite subsistir independientemente.

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domingo, 7 de octubre de 2012

Partida de bautismo de don José Cayetano Ramírez Galuzo

                                                                                                                                            Capítulo 3º

Bajo un sello impreso en papel de póliza, que dice: sello 9º - 2 reales años de 1865 aparece la partida de bautismo de don José Cayetano Ramírez Galuzo. Dice así:


Partida José Cayetano
Don Diego Martos Salinas, Cura Coadjutor de las Iglesias de esta ciudad certifico en el libro 24 de bautismos celebrados en esta parroquia al folio 16 vuelto se haya la partida siguiente: 
En San Roque donde reside la ciudad de Gibraltar , obispado y provincia de Cádiz, en 5 enero de 1845:  Yo,d on Diego Baz, Presbítero, natural de ésta,  con licencia del Párroco bautice solemnemente a José Cayetano, que nació el 9 diciembre del año último a las 11 de la noche, hijo legítimo de Miguel Ramírez, natural de Conil, Obispado y provincia de Cádiz, traficante, y de María Galuzo, natural de ésta vecinos y casados en esta seis años hace, los que dijeron no haber tenido otro de estos nombres. Abuelos paternos: Francisco Ramírez y Francisca Gallardo naturales de Conil. Maternos:  Luis Galuzo, natural del final en Génova, y Cayetana Santiesteban, natural de Competa, Obispado y provincia de Málaga. Fueron sus padrinos José Ocaña, natural de Casares, obispado y provincia de Málaga, panadero, y Paula Agüero, natural de Gibraltar, a los que advertí el parentesco espiritual y obligaciones; siendo testigos Pedro García, natural de Conil, y Antonio Piña, natural de ésta, sirviente de la parroquia , en fe lo cual firme. Don Manuel de Villalba. -Rubricado-  Diego Baz. 
Concuerda la anterior partida con su original a la que se me refiero. San Roque 27 febrero de mil ochocientos sesenta y cinco .


 Diego Martos Salinas -Rubricado-

Hay un sello en tinta verde con la imagen de San Roque en la que se le parroquia de San Roque




Antonio Cruz de los Santos




"Ha nacido La Línea de la Concepción"

 Capítulo 2º

Poco a poco, con la lentitud de un proceso normal de crecimiento, va La Línea perfilando su personalidad y su valor. Ayer era tan sólo un desierto arenoso con algunos huertecillos, muy pocos, y otras tantas barracas de miserable aspecto. Hoy es ya una ciudad de 80,000 habitantes, con calles bien trazadas y edificios señeros. Del ayer mísero al hoy espléndido ha transcurrido un espacio de tiempo que, en la vida de los pueblos, es como un relámpago. Al mismo tiempo, casi sin darse cuenta, ha batido récords de desarrollos fulminantes.

Los pueblos están sujetos a un orden evolucionario, tanto más rápido cuanto mayor es el palpitar de sus valores inherentes, como todo. Siguen las mismas alternancias e idénticos cambios impuesto por las circunstancias, unas veces con estancamientos más o menos prolongados y, otras veces, con súbitos estirones espectaculares. Por esta razón encontramos a veces pueblos adormecidos en un pasado con  olor a cadaverina, que se  empeñan en sobrevivir a un ciclo fatal.  En cambio, y con más frecuencia, descubrimos pueblos de nueva formación, briosos y de porvenir de sueño, saturados de ambiciosas esperanzas.

A los primeros solamente les queda el recuerdo de un magnífico pasado rubricado en la historia. Cosa que no es  absolutamente necesaria para mantenerse uncido al carrusel de los tiempos modernos. Pese a ello estos pueblos perduran en franca rebeldía ante la muerte.

A los segundos, les mantiene el corazón henchido de orgullo el impulso creador de las nuevas fuentes vitales, a cuyo calor nacieron. Y en tanto estas duran se van organizando más y mejor, encauzando y acrecentando su riquezas,  intensificando su desarrollo, elevando el coeficiente de superación social y organizando industrias, escuelas, instituciones benéficas, creando nuevas calles, avenidas, jardines, Iglesias, toda suerte de edificaciones, comercios, bibliotecas, museos, centros de deporte y recreos, etc....

Y este es el caso particular de  La Línea de la Concepción. Después de un nacimiento un poco enredado en los impedimentos lógicos de la zona que eligió para nacer, soportó sus primeros años una existencia aventurada por las alternativas de orden político y militar. Sin embargo, La Línea ha dado un espectacular estirón que le permite gallear un poquito presumiendo de su importancia y su valor, teniendo en cuenta que en sus arenales jamás acusaron la presencia de esos señoríos, palacios o quintas solariegas  a cuya sombra  pusieran su primera piedra.  No, nada de eso, la humilde barriada sanroqueña no tuvo padrinos con blasones, ni leyenda azul que le marcara un origen vanidoso. La Línea Nació sola, en silencio, ahogando sus quejidos en el rumoroso batir de sus mareas, ocultando su cuerpo entre dunas calcinadas por su sol semiafricano. Dunas que más tarde  convirtió en frondosos jardines, en Huertos para su sustento. La Línea sólo necesitó para nacer un rincón agradable, un cielo siempre azul, un clima de bonanza y un poco de amor. Así resultó ella: alegre como andaluza, hospitalaria como española y buena como cristiana . ¿Hay quien dé más?.


Antonio Cruz de los Santos





Pasodoble dedicado a La Línea de la Concepción

Capítulo 


Letra de Gabriel Baldrich              Música de Rafael Jaén


"ESPAÑOLA Y GADITANA"
Española y gaditana,
luna y sol de morería,
jazmines en tu ventana
sin reja ni celosía.
Entre Sierra Carbonera y el peñón de Gibraltar
una rosa postínera
besa los labios del mar

(Estribillo)
! Ay , La Línea¡,
 Línea de la Concepción,
 trono de la fantasia,
 fragua donde Andalucía
forja plata de ilusión.
 rincón de la patria mía,
 trozo de  suelo español
asomado a la bahía
 donde siempre brilla el sol.
 con el sol como divisa
 y la luna por cimera,
Tu cielo, una sonrisa;
Tu nombre, una bandera.
Un piropo te diría,
 porque eres novia y flor:
rosa blanca por el día
 y, por la noche, de amor.

(Estribillo)
! Ay , La Línea¡,
Línea de la Concepción,
trono de la fantasia,
fragua donde Andalucía
forja plata de ilusión.
rincón de la patria mía,
trozo de suelo español
asomado a la bahía
donde siempre brilla el sol.


 Grabado por Imperio de Triana en discos de la casa Columbia









Antonio Cruz de los Santos





sábado, 6 de octubre de 2012

A modo de Prólogo

Prólogo


Cuando plegamos las alas del entusiasmo, calzamos zapatillas caseras y el calor del hogar catamos las uvas melosas del otoño de nuestra existencia; cuando nuestros labios pronuncian una pregunta amarga y descorazonadora que nos señala implacable la impotencia de la vejez con sus pasos temblorosos y vacilantes; cuando esa pregunta respondemos: "y todo esto, ¿para qué?", Es que se nos ha endurecido las arterias y empañado los ojos con el verde fracaso. Entonces el corazón modera sus latidos y, de paso, nos muestra la meta definitiva a donde van a parar todas las inquietudes juveniles, todas las preocupaciones humanas, todos nuestros sueños ilusorios, a la suprema quietud de la muerte.

¿A dónde se fueron los ardores pasionales con que defendimos causas de que ayer se nos antojaron importantes y eternas y que hoy nos resultan pueriles? ¿A dónde se fue el entusiasmo fogoso y ciego de la juventud? ¿Por qué las ideas -sublimes ayer- han perdido para nosotros todo su interés y hemos dejado de ser sus ardientes defensores, sus paladines de la más pura cepa quijotesca? ¿Es que, tal vez, los tiempos modernos han descascarrillado la epidermis aparente de los dogmas ideológicos poniendo descubierto un repugnante y ridículo esqueleto? ¿O quizá, la recesión de la vida ha borrado nuestra conciencia el espejismo hechicero presentando a la realidad cruda con su bagaje de amarguras y dolores?.

No; no lo creo. Nada es como aparenta en el caleidoscopio de la vejez. Las creencias ayer, que dieron belleza y razón a nuestros sueños juveniles, siguen brillando inalterables, con brillo más sereno, más consciente, con brillo del oro viejo que no desmiente su valor, sino que por el contrario, lo confirma. Lo que en realidad nos ocurre es que las caras y las arrugas no son de las apariencias, canzan el cuerpo, así si el espíritu y nos encadenan al sillón de las claudicaciones.

El hombre nunca se niega a sí mismo. Es rebelde por naturaleza. El término inconformista que no se sabe luchar sino en el instante mismo de la muerte. Cuando el campo de batalla nos expulsan para que no estorbemos al empuje de las nuevas falanges, buscamos otras inquietudes a las que sincronizamos el latido académico del corazón, rebuscamos con toda la potencia de nuestra alma, algo digno de nosotros. Desempolvemos viejos proyectos, revisamos olvidadas quimeras, transformamos la pluma en confidente y nos convertimos en aprendices de historiadores. Profesión propia de gente madura último reducto para los que como yo obedece la llamada del entusiasmo instándoles a ponerse en contacto consigo mismo, el luchador eternamente joven que se niega a reconocer la influencia agobiadora de los años. Entonces, sólo entonces recapacitamos en la sugestión de la historia, la miramos como si nos llamara y la abordamos con la subieren con inconsciencia de los iluminados.

A partir ese momento todo el minuto del día nos sorprende con el pensamiento puesto en la estrella portadora de viejos recuerdos. Nos damos cuenta de que hemos debido empezar antes a recopilar datos, y, febrilmente, le buscamos en los archivos, consultamos publicaciones antiguas arrinconada en olvidados estantes, en una labor constante contrarreloj.

Y, henos aquí, y dispuesto como soldado que da un paso adelante a la voz del capitán, pero... surge de improviso la primera pregunta que frenan parte el impulso inicial. ¿Por dónde  debo empezar? ¿Cual es el punto de arranque de la historia de este pueblo que apenas tiene historia? ¿Qué acontecimiento tomaré como punto de partida, acaso las guerras y sitio por Gibraltar en el siglo XIII? Son anteriores a la existencia de La Línea y no pertenecen a su historia particular. Por tanto narrare solamente hechos linenses a partir de principios de 1870, describiré situaciones y personajes populares, inquietudes municipales, luchas caciquiles, costumbres pasadas, calamidades, anécdotas, la transformación y crecimiento de la ciudad dentro de un cuadro general en el que pueden verse las mil y una facetas de la vida, mejor dicho, del alma de un pueblo bueno y laborioso que nació a la sombra de la de mayor desgracia nuestra historia nacional: Gibraltar.

Ya tengo el punto de arranque para la histórica labor, aunque, precisamente ahora, la pluma se recoge en sí misma, un poco asustada, por la magnitud y responsabilidad de la obra que nos solíamos -motu propio- a contraer. Sin embargo... ¡adelante!

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Bien; héteme aquí dando primer paso. Fui al ayuntamiento dispuesto a consulta del archivo municipal. No hay tal archivo o no está organizado, según palabras del digno funcionario que me atendió. No no me arredró este primer fracaso. Más tarde me encamine a la biblioteca municipal a ver si entre los 5000 volúmenes encuentro algo que me sea útil. No hallé gran cosa. El siguiente paso fue al juzgado municipal, después a la comandancia militar. En todos estos lugares me dio la misma respuesta: " no hay nada". Es decir, un fracaso completo. Éste antecedente hubiera bastado para abandonar la empresa y me hubiese autojustificado. Pero no fue así el resultado, sino que por extraño que parezca, el fracaso inicial me animó aún más; acicateó mi voluntad enardeciendo mi entusiasmo. ¿Quién dijo fracaso? ¡Adelante! Si no existen archivos a la entera disposición de consultantes yo haré el mío lo construiré pacientemente, recogiendo datos y noticias de boca de los ancianos, tomándolos de los periódicos viejos, de las coplas carnavalescas, de documentos particulares; reconstruiré literariamente episodios populares de los que fui testigo presencial en mis años infantiles; preguntaré a todo el mundo, consulta de fotografías, planos, folletos de feria y anuncios comerciales. Y cuando esté, o considere, completo el archivo particular, habrá llegado el momento de empezar a escribir la historia de La Línea de la Concepción durante el intervalo de 1870 a 1970. No sé si cuando llegue ese instante estaré en condiciones de emprender la tarea, pero de todos modos quedará el archivo al quw titularé "Un siglo de historia de La Línea de la Concepción" a disposición de quienes con más aptitudes que yo quieran escribir la historia de nuestro pueblo o informarse consultando datos curiosos, anécdotas y episodios populares. Tendré a su alcance más de 160 artículos, en más de 470 páginas, desgranados en crónicas, reportajes, memorias, y himnos y poesías, cuentos y narraciones literarias, documentos oficiales, estadísticas curiosas del municipio, anécdotas, episodios históricos, noticias sobre catástrofes y calamidades, semblanzas, actas, artículos periodísticos, entrevistas, etc. etc.

En la confección y copia del todos ellos he procurado ceñirme a las exactitud episódica, excepto en algunos, que por razones fácilmente comprensibles, he cambiado los nombres de personas y lugares respetando en su integridad los acontecimientos y circunstancias.

 Y nada más. Para terminar este prólogo mal hilvanado y peor descrito, que me ha salido demasiado largo sólo me quedan expresar mis sincero agradecimiento a cuantos gustosamente se ofrecieron a informarme verbalmente respecto a situaciones y episodios históricos de La Línea y, especialmente, a don Félix Enríquez Domínguez, director del Instituto técnico de enseñanza media "Diego de Salinas" y a don José María Bonelo Calvo por las facilidades que me dieron para consultar libros y revistas y periódicos de sus colecciones particulares; a don Alfonso Cruz Herrera que me revisó algunos artículos narrativos y pasó con ello gratos momentos recordando el pasado repleto de íntimas emociones, que me alentó para que no desfalleciese ante los obstáculos y me proporcionó valiosos datos a través de su conversación amena y simpática; a don Enrique Sánchez Earle -el pionero de los novelistas linenses- que por encontrarse él débil de la vista y lejos de la patria chica no ha podido ayudarme con sus escritos, pero con sus valiosos concejos se reflejan en las páginas de esta obra; a los amigos de las tertulias del café "El Modelo" me facilitaron toda clase de informaciones y me ayudaron personalmente a consultar a la " tradición oral" linense; y, por último, a cuantos pusieron a mi disposición viejos ejemplares, salpicados, de la muy extensa colección de periódicos locales editados a lo largo de 100 años. A todos, en fin, le doy las gracias, porque por ellos puedo presentar hoy mi archivo particular adquiere titulado "UN SIGLO DE HISTORIA DE LA LINEA DE LA CONCEPCION" de 1870 a 1970



                                                       Antonio Cruz de los Santos. Julio, 1970.









                                                           Luis Javier Traverso Vázquez
                                                     http://www.lalineaenblancoynegro.com/