Capítulo 72
De EL ANUNCIADOR. Viernes 14 de octubre de 1927
LA FIESTA DE LA RAZA
Según estaba anunciado, ayer miércoles, con
solemnidad grandiosa, se celebró el acto de reparto de premios a los trabajos
que los habían obtenido, presentados al Certamen, que con motivo de la Fiesta de la Raza convocara la
entusiasta sociedad cultural “UNION
DEPORTIVA LINENSE”, que como es sabido se haya integrada por un puñado de inteligentes
jóvenes amantes y fomentadores activos y desinteresados de cuanto con artes,
ciencia o literatura se relaciona.
El Teatro
Cómico, recinto en que la fiesta tuvo lugar, se
hallaba atestado materialmente de un público en el que tenían representación
todas las clases sociales de la ciudad. El elemento femenino prestó al acto con
su sola presencia en la fiesta, todas las bellezas, todas las elegancias y
todas las virtudes, que son patrimonio de nuestras lindas vecinas las mujeres
linenses.
Hasta en anfiteatros y gradas se aglomeraba
el público y había personas en pie en los pasillos, tras las plateas y en las
puertas de entradas y salidas del local.
Por entre bastidores, se habían acomodado
otras personas que obstruían por completo el paso al escenario.
Poco después de las diez de la noche,
comenzó el simpático acto con la interpretación del pasodoble titulado PARRITA, por la notable Banda Municipal y original, la composición, del Director de la entidad, Sr. Ruiz de Diego.
Tanto el Director-autor como los hábiles jóvenes músicos que integran la citada
Banda, oyeron al terminar una prolongada ovación.
La mesa presidencial del acto, la constituían
el digno Comandante Militar don Alfonso
Tapia Barreto como Presidente, a su derecha el conocido y estimado Sr. Don Leopoldo Pérez Mafé,
en representación del Alcalde; don José
Padilla Granados, presidente de la Unión Deportiva, don Luis Pereira Darnell Capitán de Infantería y Presidente del
Jurado Calificador de este Certamen; abogado y miembro también del Jurado don Ramón Poyatos Díaz y secretario de
la Unión Deportiva, don Juan Muñoz Silos.
Y a la izquierda el Juez Municipal abogado don
José Vegazo; Fiscal Municipal, abogado, don Manuel Bonelo Urquiza y el Secretario del Excmº Ayuntamiento y culto periodista don Francisco de Asís Cerón y Bohórquez.
Al descorrerse la cortina y ocupar dichos
señores sus lugares en la tribuna, el público los saludó con aplausos.
Abierto el acto por el señor Tapia le fue otorgada la palabra al culto joven Presidente de
la UNIÓN DEPORTIVA, señor Padilla Granados, quien pronunció
breves y sentidas palabras enaltecedoras para el brillante acto que se llevaba
a cabo, dando al par las gracias a cuantos lo honraban con su asistencia en
esta noche, a los señores del Jurado Calificador a quienes además felicitaba
por su acierto al calificar los valiosos trabajos presentados, a los autores de
estos –muy particular a los que habían obtenido premios- y en fin a cuanto en
una o en otra forma habían contribuido al mayor esplendor de esta velada que
con motivo de la Fiesta de la Raza
llevaba a cabo la UNIÓN DEPORTIVA.
El señor
Padilla ovacionado y acto seguido el ilustrado Secretario de la entidad ya
citada, don Juan Muñoz Siles dio lectura al acto del Jurado Calificador que fue
escuchando atentamente por la concurrencia y muy aplaudida al final.
El conocido joven y laureado poeta,
estimado colaborador nuestro, don José
Padilla Orrán, pasó a leer –con la maestría que el sabe hacerlo- la
inspirada poesía galardonada con el Primer Premio, CANTO A LA RAZA, de la que es autor el notable poeta malagueño don Carlos Valverde López. Autor y
lector oyeron aplausos muy merecidos.
Luego, nuestro redactor, señor Gómez de la Mata, dio lectura a
la poesía premiada con accésit para el tema, de la que es autor don Ventura Rozan Nieto, de Cádiz. También
hubo aplausos para el poeta y para el lector.
La aparición en el proscenio a renglón
seguido de esto, de la bella y gentil señorita
María de Dobarganes, tan hermosa mujer como ilustre artista y profesora de
piano, acompañada del estudioso y conocido joven don Aurelio Veneroso, excelente ejecutante de violín y cello, fue
saludada con nutrida ovación.
A cargo de ambos ilustres linenses se
hallaba el quinto número del programa de la velada artística, y supieron llenar
tan a perfección su cometido que el público, Jurado, Presidencia del acto, y
cuantos los oyeron prorrumpieron en aplausos ensordecedores.
Lo primero que interpretaron la señorita
-¡una tontería de señorita!- Dobarganes (piano)
y el señor Veneroso (violín) fue la
inspirada fantasía de marta, de Flotow. Hubo tal maestría y tales alardes de
ejecución por parte de ambos en este interpretar de la citada fantasía que para
hablar de ello y elogiarla a nuestro gusto sería preciso llenar el periódico y
esto desgraciadamente no puede ser. Conformémonos con decir que es muy difícil
–si no imposible- que haya quien pueda superarles y aplíquense estas mismas
frases a los números interpretados después y que fueron Vals Muñeca, de Senén, Serenata, de Franz Drydle, y Pavana Luis
XV, de Senén.
¡Bravísimo, señorita Dobarganes! ¡Muy bien,
señor Veneroso! ¡Así se honra a la sucursal en La Línea de la Academia de Santa
Cecilia, de la que sois profesores!
Nuevamente aparece en escena nuestro
compañero Gómez de la Mata, para dar
lectura a la inspirada poesía CANCIÓN DE
PAZ galardonada con accésit por haber sido declarado desierto el premio
primero, original de un don Jacinto Rodríguez
que luego resultó se nuestro estimado
compatriota y apreciado colaborador el joven poeta don Leopoldo Sanguinetti. Para este se le dio una ovación al señor Gómez de la Mata.
Otra vez nuestro redactor y el señor Padilla Orran, dieron lectura
respectivamente a las lindas poesías COMO
NINGUNA, de la ilustre poetisa gaditana señorita Adela de Medina, y LA
MUJER ESPAÑOLA, del laureado escritor, don
Manuel Fernández Martín. Para todos hubo calurosas ovaciones.
Los notables jóvenes músicos de la Banda
Municipal, bajo la hábil batuta del
señor Ruiz de Diego, nos deleitaron con la interpretación magistral del
capricho MEDIA NOCHE del ya citado
director de la Banda. El número, por lo bello y original, pues se ejecuta colocándose
los músicos en diversos lugares del recinto y uniéndose luego marchando a compás
de la música, y por su esmerada interpretación fue aplaudidísimo. Viéronse obligados
los de la entidad lírica a corresponder a la ovación interpretando, también de
modo admirable, el precioso pasodoble ¡Y
OLE! Que fue muy aplaudido.
El culto abogado del ilustre colegio de
Sevilla, Secretario del Juzgado y querido amigo nuestro don Ramón Poyatos Díaz, hace uso de la palabra para pronunciar un
discurso –brillantísimo como suyo- para enaltecer la fiesta.
Cincelando materialmente sus frases,
matizando de un modo genial sus arquitectónicos párrafos hace el señor Poyatos, después de una
salutación, breve pero completa historia de la Raza haciendo alarde de su reconocida cultura y profundísima
erudición.
Es de lamentar que el espacio corto de que
disponemos no nos permita dedicar a la oración del señor Poyatos, los calurosos elogios que merece. Bástenos con que
dicho señor los dé por recibidos y que una nuestros entusiastas placeres a los
muchos de ellos, asi como nutridos aplausos que en aquel acto escuchó de los
presentes.
Y llega la segunda parte del concierto de violín
y piano por el señor Veneroso y la
bella señorita Dobarganes, y llegan
de nuevo para ellos los más entusiastas aplausos del auditorio al interpretar,
como interpretaron, los escogidos números Escenas
de Baile, de Beriot; Souvenir, de Franz Drydle; Danzas Españolas, de Sarasate,
y las Ozardas, de Monti, en las que elseñor Veneroso hizo verdaderas filigranas
al llegar a los difíciles “armónicos”.
Al terminar esta actuación, el digno Comandante Militar, señor Tapia que,
como se ha dicho, presidía el acto ofrendó a la gentil señorita Dobarganes, en nombre de la sociedad UNIÓN DEPORTIVA LINENSE, un soberbio ramo de flores naturales,
apropiado homenaje a la bella mujer y excelente artista.
Galante el señor Tapia entrega la ofrenda, sintetizó el valor del obsequio en
las siguientes e inspiradas frases:
“Señorita, aceptad este modesto ramo de flores, poca cosa
para lo que merece la mujer y lo que merece la artista, pero grande al mismo
tiempo, porque entre estas flores van envueltos los corazones de todos los
presentes.”
El ilustrado maestro nacional y conocido
literato don Benito Anguiano Escolar,
lee un trabajo alusivo al acto, en el que en correcto estilo da cuenta de cómo,
y a consecuencia de la celebración de esta fiesta el año anterior, ha logrado
cruzar correspondencia, el con los profesores de varias escuelas del sur de
America y los discípulos de su escuela con los alumnos de las escuelas de allá,
que tan beneficioso estímulo ha de servir para una fraternal unión
hispano-americana en el futuro. El señor
Anguiano oyó aplausos por su escrito y por su simpática iniciativa.
Leyeronse luego dos notables trabajos
premiados con accésits y correspondientes al tema sexto del Certamen, de los
que son autores el ilustrado oficial de aquel Ayuntamiento don Enrique Sánchez Earle y el culto periodista obrero don José Sánchez Flores.
Ambos escritos son excelentes en su clase y
ambos revelan profundos conocimientos en los capitales problemas que afectan a
La Línea, y se dan soluciones muy lógicas y muy satisfactorias para el porvenir
del pueblo futuro.
Los
señores Sánchez Earle y Sánchez Flores, así como los señores Padilla Orrán y Gómez de la Mata, que fueron
lectores de los escritos, escucharon calurosas ovaciones.
La delicadísima pagina del gran Schubert “Momento Musical” alcanzó magistral y
cariñosa interpretación por parte de los jóvenes profesores de la Banda
Municipal, que con tal motivo volvió a oír una ovación entusiasta.
No obstante lo avanzado de la hora, el
público permaneció en su sitio, ansioso de oír el prometido discurso-resumen
que al final de la fiesta había de pronunciar el bizarro Capitán de Infantería, culto y elocuente orador y
estimado amigo nuestro don Luis Pereira
Darnell.
Si alguna vez está justificada cuando de
ensalzar se trata una actuación la aplicación del manido “tópico” SE EXCEDIÓ A SI MISMO nunca mejor
aplicado al ilustre militar por su disertación de la noche de la Fiesta de la Raza. Con verbo cálido,
frase valiente o dulce –ajustada al canto que entonaba- encantó el señor Pereira nuestras vidas y llevó
la emoción a nuestros corazones, al hablarnos de la raza hispana, de sus
triunfos, de sus decepciones, de sus alegrías, y de sus dolores; de las luchas
en África –sangre en los campos y gloria en las alturas- y del resurgir hispano
cuando el pueblo estaba abocado a la catástrofe, como Ave Fénix que resurge de sus propias cenizas.
Hizo brillante y merecida lo de la UNIÓN DEPORTIVA LINENSE y de sus
socios, que tanto y tan eficazmente laboran por la cultura; a los señores del
Jurado; a la señorita Dobarganes
para la que tiene frases galantes, así como para el lindo plantel de mujeres
bellas que adornan la sala del teatro, y por último elogiar a su colega en
oratorio señor Poyatos, y a los
autores premiados.
Felicísimo, convincente y conmovedor estuvo
en su discurso el señor Pereira y la
ovación que escuchó al terminar no es para descrita.
Vaya nuestra sincera felicitación al
ilustre militar y brillante orador. Felicitación que nos complacemos en hacer
extensiva a la UNIÓN DEPORTIVA LINENSE;
al Ayuntamiento que patrocinó la fiesta; a los autores premiados cuyas poesías
tendremos el gusto de ir publicando sucesivamente- y a cuantos han sabido prestar con su labor honra a LA LINEA y
esplendor al acto.