Capítulo 35
LA ADUANA DE LA LINEA
Tomado del “DIARIO DE CADIZ”
Cuando en 1870 se emancipó La Línea de San Roque, por decreto de la Regencia,
después de largo y penoso juicio contradictorio, en el cual probó la primera
sus derechos indiscutibles al amparo de las leyes vigentes a la sazón, resultó,
como consecuencia legítima, la
habilitación de su Aduana, en razón a su importancia, y por la proximidad
en que se encuentra a la vecina plaza de
Gibraltar.
Estos fueron los fundamentos del ministro
del ramo en aquella época, para la habilitación de aquella Aduana.
Al amparo de aquella ley, que regulaba a la
nación entera, se creo el comercio y las industrias existentes en La Línea, con tan progresivo desarrollo
que han dado al Tesoro nacional rendimientos considerables en algunos años,
cual si se tratara de una Aduana de
primer orden.
Estas
dos hermanas (comercio e industria) llevan aparejada la ocupación de los
obreros, y pronto se vio crecer y aumentar aquel pueblo, con asombro y hasta
con envidia de otros, que veían emigrar sus vecinos, allí donde el trabajo
requería brazos, para las múltiples construcciones que se levantaron.
La Línea, pues, fue siempre, desde su nueva génesis, objeto de malquerencias y
rencores, los cuales han trascendido siempre a todas partes, y cuya atmósfera
injustificada, causó y sigue causando al presente su ruina y exterminio. Sucede
a los pueblos, así como a los individuos, que existe lo grande y lo pequeño, y
aún también a las naciones, y La Línea
se ha visto sometida a esa ley fatalista de las cosas humanas.
He aquí la causa y fundamento del Real Decreto de 23 del mes pasado, por el cual se anula la habilitación de la
Aduana de aquel pueblo, para la importación de mercancías en grande escala,
y para los víveres en pequeño.
Por el articulo 1º se concede solamente la
importación de especies para el consumo a una familia durante una semana; y por
el 2º se prohíbe la introducción de víveres si el adeudo no alcanza a una
peseta, o lo que es igual; por el primero de los artículos, se mata el
comercio, creado al amparo de las leyes que rigen a la nación entera, y por el
segundo se arruinan a miles de padres de familia que, teniendo su ocupación
diaria en Gibraltar, llevaban a sus casas comestibles en escala inferior al pago
de una peseta.
Pues bien; toda esa ruina, que ha sumido a
aquel pueblo en la consternación más espantosa, es debida a una información
dirigida al Sr. Ministro de Hacienda, por un inspector delegado en el Campo de Gibraltar, información que ha
motivado el Real Decreto citado, cuyo argumento Aquiles es la eterna pesadilla
del contrabando.
Al Gobierno y sus agentes está encomendada
la represión del contrabando y para llevarlo a cabo tiene en aquel Campo las fuerzas armadas de carabineros,
tropa de línea, guarida civil, agentes de orden público y empleados de la
Tabacalera. Con esas fuerzas que ocupan todo el litoral y las puertas de
entrada, el contrabando, hace tiempo, sólo existe en la imaginación soñadora de
algunos que ven siempre, como el manchego hidalgo, endriagos y gigantes en
donde sólo existen molinos de viento.
Pero concedamos que aun existe el
contrabando en escala descendente, ¿acaso es justo sacrificar a un pueblo,
conduciéndole a la miseria, porque algunos, dentro o fuera de la población, se
dedicara a ese tráfico ilícito? Si la fuerza armada no prohíbe ese tráfico
ilegal cuando existe el comercio y la industria que dan ocupación a muchas
familias ¿es lógico suponer, que después de anulada la habilitación de la
Aduana, se cruce todo el mundo de brazos, y nadie se dedique a burlar la
vigilancia de los empleados y de la fuerza militar?
Además; es forzoso convenir, que si el
castigo empleado con La Línea
obedece al temor del contrabando que pudiera hacerse por su recinto, extensas y
dilatadas playas tienen Algeciras y
el Puente Mayorga y los pueblos y
capitales situados en las costas del
Levante y de Poniente.
¿Es acaso que el contrabando solo se hace, o
se hizo, por aquel rincón de la Península? ¿Pues por qué se castiga a La Línea,
mientras se enaltece a Algeciras y a su Aduana?
Siguiendo ese criterio, habría que suprimir
muchas Aduanas importantes, y entonces, el aumento conseguido en los ingresos
del Tesoro, sufrirían un desnivel importantísimo, y la nivelación del presupuesto,
resultaría letra muerta.
La
Línea cuenta con una población de 14.000 almas. Sostiene industrias
importantes, una de ellas la fábrica de corchos de los Sr. Larios, que da
ocupación a centenares de familias; y la pesquería que es allí tan abundante,
que después de abastecer al pueblo y sus adyacentes, se exporta en grandes
cantidades, y el sobrante se dedica a la salazón, que constituye otras
industrias; el abastecimiento de carbón de piedra a los buques que anclan en el
puerto de Gibraltar, da ocupación a
más de 800 hombres, bien retribuidos; y las
canteras de Las Pedreras y Sierra Carbonera proporcionan ocupación
constante a muchos obreros de La Línea
cuyo trabajo es apreciado en todas partes para edificar.
Existen,
además, fábricas de aguardiente, cerveza, gaseosa y pastas, curtidos, y otras
de menos importancia.
Las
huertas dan trabajo a más de 500 hortelanos, cuyos productos venden a buen
precio en la plaza vecina, y al llegar a esta industria, séase permitido una
digresión que en nada se relaciona con este asunto.
Hacía varios años que residía yo en Cádiz, cuando fue en cierta ocasión a
mi pueblo, a visitar a mis amigos. Nunca se fija tanto nuestra atención en los
lugares donde hemos nacido, como después de una ausencia prolongada.
Mi amigo de la infancia D. Luis Ramírez, me invitó a dar un
paseo hasta una de sus posesiones, donde tenía instalada varias industrias.
El edificio se encuentra situado junto a la
playa de la ensenada de Poniente. Subimos a la azotea y de allí al mirador, y
confieso ingenuamente que me sorprendió aquel hermoso espectáculo de una
población entre dos mares, cubierta por
todas partes de frondosas huertas, que aparecían como enlazados
jardines, y al Norte, Sierra Carbonera,
en donde proyecta el actual Ministro de la Guerra construir una fortificación
de defensa.
Pues a este pueblo con sobrados recursos
propios, es a quien se arruina con la anulación de su Aduana habilitada.
Las escenas tristísima a que ha dado lugar
el cumplimiento del Decreto, desde 1º del mes corriente, cuyo cumplimiento ha
sido exagerado, por parte de los guardadores del Fisco, dio ocasión a temores
de un conflicto; puesto que aseguren los periódicos locales, que a los que
regresan de Gibraltar por las tardes les obligan a tirar cualquier pequeño
sobrante de comida que llevan para sus hijos.
A esto obedece la comisión nombrada por el
pueblo de La Línea, que marcha a
Madrid a gestionar del Sr. Ministro de Hacienda se modifiquen algunos artículos
del Real Decreto, para cuyo objeto lleva una razonada exposición con sobra de
datos, que dirige el Ayuntamiento al Ministro, y otra del comercio, encaminada
al mismo fin, como también el documento presentado a la Diputación por D. Andrés Quiñones, que la Excmª
Corporación hizo suyo.
A los señores D. Eduardo J. Genovés, D. Antonio Ruiz Tagle, D. José Jiménez Mena,
y a cuantos influyan a favor de aquel pueblo, le enviamos nuestro
agradecimiento, y en nombre del vecindario de La Línea, la más fiel expresión de gratitud, por la cooperación que
han prestado a este asunto.
Dios haga que la comisión, con tan valiosos
elementos, consiga llevar al ánimo del Sr. Ministro de Hacienda, la justicia
que informa la petición que lleva; y que regrese contenta y satisfecha a su
hogar, para devolver la calma al vecindario, que sufre en estos días la
amargura de un porvenir de horrorosos desastres, si la providencia no se ampara
de ellos.
Manuel M. Espartal
Cádiz, 30,
Noviembre, de 1894.