Páginas

sábado, 2 de febrero de 2013

Minuto y Bonarillo, reportaje taurino, por Perico de los Palotes


Capítulo 21



LA CAMAMA DE AYER TARDE o “MINUTO Y BONARILLO


                                                                                        … como verá el lector
                                                                                         Ninguno valió un pitillo.

    A la hora señalá se presentó en er parco er señó Alcarde don Francisco Vazquez y una vez cumplías toas las menuensias acostumbrás donde er tiempo de Noé –que según dicen era mu afisionao a los cuernos-, salieron roando, es decí, ar ruedo, las cuadriyas capitaneás por los dos pitiyos der toreo ya nombraos…
                                                    
                                                    Y cada cual en su sitio
                                                     O donde le dio la gana,
                                                     Suena un toque de arrebato
                                                     Y comienza la camama.
                                                          Se dio salía ar primero
                                                     De coló negro zaino,
                                                     Bragao, apretao de cuernos
                                                     Conocío por “Estornino”.

Arremetió seis veces a los langostinos, haciéndoles coger er sueño a los dos más coloraos.
                                                  Tocaron a apaeá
                                                   Y sale un banderiyero
                                                   Que con gran habiliá
                                                   Dejó un par clavao en er suelo.

    Luego entre este habilioso y un compañero clavaron ar bicho dos pares y medio.

                                                 Y allá va er “Minuto”
                                                 Derecho a la fiera
                                                 A la cual da muerte
                                                 Con esta faena:

    Un pase de pecho, uno bajo, dos naturales, otro de pecho, otro naturá y uno de pecho rezando, es decí, hincao de rodiya. Otro naturalísimo, otro de pecho, uno en reondo, dos naturales y uno de pecho dando un pinchazo en hueso, rematadamente malo.

    Er bicho entró en conversación con uno de los langostinos que estaban tendíos y no se apartaba de él ni pa er gayo.

                                              Y decía un señorito
                                              Que tenía la gran pítima:
                                              ¡Dejád al animalito
                                              Contemplá bien a su vírtima!

    Continúa “Minuto” su faena y después de la mar de pases da media estocá perpendiculá, cuarteando muchísimo.

    Otro roción de pases y logra descabeyar a purso.

SEGUNDO.- “Juncoso”. Más chico que el anterió, tenia er número 49 y era negro listón, bragao, sacudío de carne, cariavacao, abierto de cuernos y astifino.

    A la salia tropesó con un castiyo de cuernos artificiales desbaratándolo por completo, y er trueno gordo, o sea er picaó que estaba montao yevó er sobresarto der siglo.

    Tomó er bicho hasta cinco gorpes de puya, haciendo yenarse de sangre o de tierra los hocicos a los picaores tres veces.

    Le corgaron cuatro pares de sarsiyos, uno de ellos superió, y sale “Bonariyo” a matá, dando dos pases naturales, uno de pecho, otro naturá, uno en reondo saliendo trompicao; dos naturales y sufre un acosón. Sin cuadrá se tira y da un pinchazo en hueso. Otro pase naturá y cinco con la de yevarse er pan a la beca, tos ellos sistema der dueño de la fonda nueva, o sea, bailando. Otros cuantos pases der mismo sistema y atiza media estocá caía. Sufre un desarme y sale acosao. Ar tirarse de nuevo lo arroya er bicho, pisoteándolo, y por milagro no presensiamos una esaborición, intenta descabeyá y lo consigue a la segunda.

TERCERO.- “Mochelo”. Negro bragao, un poco caío de cuernos. Tomó seis pinchazos dando dos tumbos a las tinajas. En una caía quedó Melilla ar descubierto haciendo Bonariyo un quite de esos de apaga y vámonos. ¡Er delirio! Entre Zayas y Vargas adornaron ar pajarraco con dos pares y medio.

                                   ¡Y allá va Minuto,
                                   Quién sabe donde va!

    Un pase cambiao, tres de pecho, siete naturales, uno bajo y dos con la derecha y se deja caé con una estocá corta sin cuadrarse, y que resurtó mu mala. Varios pases. Media estocá delantera dando er mataó un rodeo de esos que indican más bien mieo que otra cosa. Más pases, y cambia de estoque, porque er que tenia antes no atravesaba er hueso. Otra colesión de pases que ni eran pases ni Cristo que lo fundó. Intenta descabeyá y sale acosao. Otro intento. Otro. Otro. Otro. Otro. ¡¡¡Por fin!!! ¡Bien por los mataores de trapo!

CUARTO.- “Dudoso”. Número 39, negro zaino bragao, un poco caío de cuernos y juyendo más que un perro cargao de tabaco.

    Le pincharon y escuso decí a ustedes que mu malamente; diez veces los caribes de los picadores le puyaron, pero en cambio besaron er santo suelo cinco veces con la suaviá d’un cañonazo.

    Los mataores fueron aplaudíos en los quites

                            Con cuatro pares de palos
                            Que le clavaron los chicos
                            Pasó er infelí “Dudoso”
                            A manos de Bonariyo.

    De tres pases sin perfilarse, tirándose de mu lejos, dando lugá a que er bicho le cortara er terreno, dio media estocá saliendo trompicao. Tres pases más y un pinchazo; otros dos pases y clava una estocá, saliéndose por la tangente. Otros pases y media estocá tendía. Más pases y otra estocá tambien tendía. Un pinchazo sin sortar. Otro idem toavia más malo. Er mataó cambia de muleta sin comprendé que lo que hacía farta era cambiá de manos… y de mataó. Y por úrtimo descabeya.

QUINTO.- “Salgareno”. Negro, bragao meano, veleto y cariavacao. Minuto le da las buenas tardes con cinco verónicas y un faró. Aguanta er buró ocho garrotazos, y en venganza hizo da un gorpe a un infelí maleta.

    Pide er pueblo soberano que los mataores pusieran banderiyas cuando lo que debiera haber pedío es que se los llevaran a la carse.

    Minuto pone un pá cuarteando que no tuvo ná de particulá y enseguía Bonariyo se va ar bicho, y yegando y cuadrando en la misma cabeza clavó un pá superió, pero lo que se yama superió de verdá. Er banderillero Zayas deja otro pá y cambia la suerte.

    Minuto, después de una serie de pases bien remataos, da un pinchazo saliendo a tropezones. Tres pases y otro pinchazo. Er mataó sufre un achuchón y luego atiza un mete y saca a paso de banderiyas, y una estocá corta mu baja. Se echa er bicho y se levanta. Vuerve a echarse  y a levantarse por tres veces hasta que por fin se muere de vergüenza por no ve ar Minuto y compañeros maletas.

SEXTO y úrtimo de la tremenda fantochá que con vergüenza del arte taurino presenciamos ayé.

    Era el animá josco, arbardeo, un poco caío de cuernos, algo bizco del izquierdo, y se yamaba Limeto.

    Salió como un vendabá desecho, tomó seis varas y le cortó los alambres a dos fantoches.

    Tres palos le clavaron y Bonariyo se lia con él a pases y a pinchazos, y asi estuvo, según me han dicho, hasta la madrugá que le entró sueño er bicho y se tendió.

    Como que cuando yo salí de la plaza ya era de noche y todavía estaba Bonariyo entretenío con Limeto y a la mitá de la conversación.

EL RESUMEN.- Lo mejón de la corría fue un pespunte que le echó a un capote roto er mozo de estoque de Minuto, un vejete mu apañao, que en tiempos fue banderillero de Julian Casas.
    No tiene más que un pequeño deferto en la vista, que apenas se le nota un ojo,. Pero echando pespuntes, ¡hasta ayí!

    La corría en generá malísima; en particulá peó toavia.
    Er ganao flojo, mu desiguá y sin podé ninguno.
    Los mataores “lo peor de lo más malo” como dicen en la zarzuela “De Madrid a Paris”.
    Yo he visto muchas veces que los mataores han tenío tardes desgraciá; pero una cosa es desgraciá y otra cosa es no hacé na como er arte manda, ¡qué manera más ignominiosa de tirarse a matá! ¡Vamos, hombre, si cuanto se diga es poco!

    Si er público de La Línea hubiera sío como otros públicos er señó Minuto y er señó Bonariyo yevan la pitá más fenomená que jamá se ha oido.

¡Y toavia hubiera sio poco!

   Los picaores ¿ustedes no han leío en toas las reseñas de los periódicos lo que siempre dicen de estos maletas? Pués too lo que los periódicos han dicho en diez años a esta parte, too reunío, es poco pá comprendé lo malamente que ayé trabajaron.

    No hubo más que una vara der Meliya ar tercer toro. Na más.

    Los banderilleros peó que los mataores y los picaores juntos.

    De Minuto pudiéramos decí aquello de :

                             “este no es mi Juan
                             Que me lo ha cambiao”

    Aquér Minuto, “mataó de toros”, valiente, entendío y sereno, se ha convertío en un maleta der toreo que ni se arrima a los bichos, siempre desconfiao y bailando y … na, que me vuervo atrás de tooo lo que he dicho de él en otras ocasiones.
    Bonariyo… Sanchez de Neira se encarga de él en la lidia, diciéndole lo que se merece.

                          Y aquí hago punto finá
                           Porque cansao me encuentro

                          ¡Vayan benditas de Dios
                          Esos toreros de invierno!

                                          PERICO er de los PALOTES.
                                              8-mayo-1893.



(Nota del copista: ¿Será este Perico de los palotes Enrique Gomez de la Mata?)