Capítulo 21
LA CAMAMA DE AYER TARDE o “MINUTO Y BONARILLO”
… como verá el lector
Ninguno valió un pitillo.
A la hora señalá se presentó en er parco er
señó Alcarde don Francisco Vazquez y una vez cumplías toas las menuensias
acostumbrás donde er tiempo de Noé –que según dicen era mu afisionao a los
cuernos-, salieron roando, es decí, ar ruedo, las cuadriyas capitaneás por los
dos pitiyos der toreo ya nombraos…
Y cada cual en su sitio
O donde le dio la gana,
Suena un toque de arrebato
Y comienza la camama.
Se dio salía ar primero
De coló negro zaino,
Bragao, apretao de cuernos
Conocío por “Estornino”.
Arremetió seis veces
a los langostinos, haciéndoles coger er sueño a los dos más coloraos.
Tocaron a apaeá
Y sale un banderiyero
Que con gran habiliá
Dejó un par clavao en er suelo.
Luego entre este habilioso y un compañero
clavaron ar bicho dos pares y medio.
Y allá va er “Minuto”
Derecho a la fiera
A la cual da muerte
Con esta faena:
Un pase de pecho, uno bajo, dos naturales,
otro de pecho, otro naturá y uno de pecho rezando, es decí, hincao de rodiya.
Otro naturalísimo, otro de pecho, uno en reondo, dos naturales y uno de pecho
dando un pinchazo en hueso, rematadamente malo.
Er bicho entró en conversación con uno de
los langostinos que estaban tendíos y no se apartaba de él ni pa er gayo.
Y decía un señorito
Que tenía la gran pítima:
¡Dejád al animalito
Contemplá bien a su vírtima!
Continúa “Minuto” su faena y después de la
mar de pases da media estocá perpendiculá, cuarteando muchísimo.
Otro roción de pases y logra descabeyar a
purso.
SEGUNDO.- “Juncoso”. Más chico que el anterió, tenia er número 49 y era negro
listón, bragao, sacudío de carne, cariavacao, abierto de cuernos y astifino.
A la salia tropesó con un castiyo de
cuernos artificiales desbaratándolo por completo, y er trueno gordo, o sea er
picaó que estaba montao yevó er sobresarto der siglo.
Tomó er bicho hasta cinco gorpes de puya,
haciendo yenarse de sangre o de tierra los hocicos a los picaores tres veces.
Le corgaron cuatro pares de sarsiyos, uno de
ellos superió, y sale “Bonariyo” a matá, dando dos pases naturales, uno de
pecho, otro naturá, uno en reondo saliendo trompicao; dos naturales y sufre un
acosón. Sin cuadrá se tira y da un pinchazo en hueso. Otro pase naturá y cinco
con la de yevarse er pan a la beca, tos ellos sistema der dueño de la fonda
nueva, o sea, bailando. Otros cuantos pases der mismo sistema y atiza media
estocá caía. Sufre un desarme y sale acosao. Ar tirarse de nuevo lo arroya er
bicho, pisoteándolo, y por milagro no presensiamos una esaborición, intenta
descabeyá y lo consigue a la segunda.
TERCERO.- “Mochelo”. Negro bragao, un poco caío de cuernos. Tomó seis
pinchazos dando dos tumbos a las tinajas. En una caía quedó Melilla ar
descubierto haciendo Bonariyo un quite de esos de apaga y vámonos. ¡Er delirio!
Entre Zayas y Vargas adornaron ar pajarraco con dos pares y medio.
¡Y allá va
Minuto,
Quién sabe
donde va!
Un pase cambiao, tres de pecho, siete naturales,
uno bajo y dos con la derecha y se deja caé con una estocá corta sin cuadrarse,
y que resurtó mu mala. Varios pases. Media estocá delantera dando er mataó un
rodeo de esos que indican más bien mieo que otra cosa. Más pases, y cambia de
estoque, porque er que tenia antes no atravesaba er hueso. Otra colesión de
pases que ni eran pases ni Cristo que lo fundó. Intenta descabeyá y sale
acosao. Otro intento. Otro. Otro. Otro. Otro. ¡¡¡Por fin!!! ¡Bien por los
mataores de trapo!
CUARTO.- “Dudoso”. Número 39, negro zaino bragao, un poco caío de cuernos y
juyendo más que un perro cargao de tabaco.
Le pincharon y escuso decí a ustedes que mu
malamente; diez veces los caribes de los picadores le puyaron, pero en cambio
besaron er santo suelo cinco veces con la suaviá d’un cañonazo.
Los mataores fueron aplaudíos en los quites
Con cuatro pares de
palos
Que le clavaron los
chicos
Pasó er infelí
“Dudoso”
A manos de Bonariyo.
De tres pases sin perfilarse, tirándose de
mu lejos, dando lugá a que er bicho le cortara er terreno, dio media estocá
saliendo trompicao. Tres pases más y un pinchazo; otros dos pases y clava una
estocá, saliéndose por la tangente. Otros pases y media estocá tendía. Más
pases y otra estocá tambien tendía. Un pinchazo sin sortar. Otro idem toavia
más malo. Er mataó cambia de muleta sin comprendé que lo que hacía farta era
cambiá de manos… y de mataó. Y por úrtimo descabeya.
QUINTO.-
“Salgareno”. Negro, bragao meano, veleto y cariavacao. Minuto le da las buenas
tardes con cinco verónicas y un faró. Aguanta er buró ocho garrotazos, y en
venganza hizo da un gorpe a un infelí maleta.
Pide er pueblo soberano que los mataores
pusieran banderiyas cuando lo que debiera haber pedío es que se los llevaran a
la carse.
Minuto pone un pá cuarteando que no tuvo ná
de particulá y enseguía Bonariyo se va ar bicho, y yegando y cuadrando en la
misma cabeza clavó un pá superió, pero lo que se yama superió de verdá. Er
banderillero Zayas deja otro pá y cambia la suerte.
Minuto, después de una serie de pases bien
remataos, da un pinchazo saliendo a tropezones. Tres pases y otro pinchazo. Er
mataó sufre un achuchón y luego atiza un mete y saca a paso de banderiyas, y
una estocá corta mu baja. Se echa er bicho y se levanta. Vuerve a echarse y a levantarse por tres veces hasta que por
fin se muere de vergüenza por no ve ar Minuto y compañeros maletas.
SEXTO y úrtimo de la tremenda
fantochá que con vergüenza del arte taurino presenciamos ayé.
Era el animá josco, arbardeo, un poco caío
de cuernos, algo bizco del izquierdo, y se yamaba Limeto.
Salió como un vendabá desecho, tomó seis
varas y le cortó los alambres a dos fantoches.
Tres palos le clavaron y Bonariyo se lia
con él a pases y a pinchazos, y asi estuvo, según me han dicho, hasta la
madrugá que le entró sueño er bicho y se tendió.
Como que cuando yo salí de la plaza ya era
de noche y todavía estaba Bonariyo entretenío con Limeto y a la mitá de la
conversación.
EL RESUMEN.- Lo mejón de la
corría fue un pespunte que le echó a un capote roto er mozo de estoque de
Minuto, un vejete mu apañao, que en tiempos fue banderillero de Julian Casas.
No tiene más que un pequeño deferto en la
vista, que apenas se le nota un ojo,. Pero echando pespuntes, ¡hasta ayí!
La corría en generá malísima; en particulá
peó toavia.
Er ganao flojo, mu desiguá y sin podé
ninguno.
Los mataores “lo peor de lo más malo” como
dicen en la zarzuela “De Madrid a Paris”.
Yo he visto muchas veces que los mataores
han tenío tardes desgraciá; pero una cosa es desgraciá y otra cosa es no hacé
na como er arte manda, ¡qué manera más ignominiosa de tirarse a matá! ¡Vamos,
hombre, si cuanto se diga es poco!
Si er público de La Línea hubiera sío como
otros públicos er señó Minuto y er señó Bonariyo yevan la pitá más fenomená que
jamá se ha oido.
¡Y toavia hubiera
sio poco!
Los picaores ¿ustedes no han leío en toas
las reseñas de los periódicos lo que siempre dicen de estos maletas? Pués too
lo que los periódicos han dicho en diez años a esta parte, too reunío, es poco
pá comprendé lo malamente que ayé trabajaron.
No hubo más que una vara der Meliya ar
tercer toro. Na más.
Los banderilleros peó que los mataores y
los picaores juntos.
De Minuto pudiéramos decí aquello de :
“este no es mi
Juan
Que me lo ha
cambiao”
Aquér Minuto, “mataó de toros”, valiente,
entendío y sereno, se ha convertío en un maleta der toreo que ni se arrima a
los bichos, siempre desconfiao y bailando y … na, que me vuervo atrás de tooo
lo que he dicho de él en otras ocasiones.
Bonariyo… Sanchez de Neira se encarga de él
en la lidia, diciéndole lo que se merece.
Y aquí hago punto finá
Porque cansao me encuentro
¡Vayan benditas de Dios
Esos toreros de invierno!
PERICO er de
los PALOTES.
8-mayo-1893.
(Nota del copista:
¿Será este Perico de los palotes Enrique Gomez de la Mata?)