Capítulo 67
AL PASAR…
¡Chin, tatachin, tatachin, chin chin! Tata
chin…
-¿Queréis más?...
-¡¡¡Si!!!
¡Chin, tatachin,
tatachin!!!
-¡Pasen, pasen
señores, va a empezar en seguida! Verán la maravilla más grande del mundo
entero: la mujer ogro; se come a los niños crudos sin masticarlos siquiera; la
madre que no quiera a sus hijos que se los traiga a ella; los pago a cuarenta céntimos
los varones y a veinticinco las hembras…
Pasen, no hay que
esperar. La mujer ogro pesa trecientos kilos antes de comer; después,
trescientos mil…
-¡Pííííí! ¡Un
globito! ¿Quién quería un globito?...
-Mamá yo quiero
uno…
-¡Un globazo te voy
hacer yo en la cabeza como no te calles!
-¡Va el número!
¡Tres cartones un real y trece una peseta! ¡No va más!
-¡Sssssssssssssssssssssssssssssssssss!
¡Púm!
-¡Ay, que bonito!
¡de lagrimas!
-¿Quién se va a
llevar otro Pepe? Tome usted caballero tres papeletas; usted, guapa, compre una
papeletita que le va a tocar.
-yo tengo ya un
Pepe.
-¡Ya me lo figuro!
Pero no le pesará tanto para que no quiera otro.
-¡Le pesará a su
abuela, so atrevido!
-¡Púm,
pirriquitipunchaparacatapuncalatitanapá…! ¡Y no tengo puntería, ¿eh? Ya he
hecho moverse a todos los muñecos del tiro al blanco. ¡Vengan otros veinte
tiros! ¡puncaralatapun! ¡pun ta-ta ta-ta!
-¡el rico turrón,
la rica almendra, el rico piñonate! ¡todo rico menos yo!
-¡Adelante!
¡adelante! ¡Verán la mejor colección de fieras que ha venido a esta feria!
Leones, panteras, cocodrilos, hipopótamos, elefantes, ratones y cucarachas que
caminan por todas partes. ¡No se detengan, es sesión continua! Hay osos sabios
y burros ¿???????en los cuales verán el
retrato de estimados conocidos…
-¡Yo seg de Paris
de Fransia y ió comegme cagbones
encendidos y echag fuego pog la boca! A 3 perras gordas la entrá, digo la
entrada, que ió me he equivocato y ió
¿?? De pagís de Fransia!
-¡Gracciosa! ¡Me
voy a comer tu boca y a beber tus ojos!
-¡Bestia!
-¡Olé ya las
mujeres bonitas!
-¡Miren el abuelo!
-¿Abuelo? ¡de tus
nietos lo tengo que ser, simpática!
-¡Que se cree usted
eso!
-¡Tin, tin, tin, tin, tin,…!
-¿Vamos al cine?
-iremos a la
segunda, vamos a pescar un poquito.
-¡Al agua fresca!
¿Quién quería aguaaaaa?
-¿No te dije que no
vinieras a la feria?
-¡Como que tu ibas
a estar divirtiéndote y yo me iba a quedar en la casa! ¡Miau!
-¡Pues hemos
terminado!
-¡Pues hemos
terminado!
-¡Ufff, que calor!
-Señorita, ¿me
permite usted que le diga unas palabras?
-Si no son muchas…
-Muy pocas, que la
quiero con toda mi alma, que desde que la conocí no como, ni duermo, ni juego a
la pelota…
-¡Que barbaridad!
-¡Por la salud de
mi madre que es la verdad!
-No jure usted…
-Si, le juro eso, y
le juro que me tiene usted loco, que o me dice usted que me quiere, o me rompo
la cabeza contra una esquina.
-Que no le de tan
fuerte; ya lo pensaré.
-¡Yo me quiero
subir en los caballitos!
-Si, hijo, súbete
aunque sea en una burra…
-¿Vamos a bailar?
-¡Vamos!
Lector, tú creerás
que me he vuelto loco, ¿no? Pues no hay nada de eso; lo que he hecho aquí no ha
sido más que mostrarte una instantánea sacada al pasar por nuestra eterna
feria.
Roulatabille.
Nota ¿Quién se esconde tras el seudónimo? ¿Segovia Ramos? ¿Padilla? ¿Gomez de la
Mata? ¡Vaya usted a ver!
Antonio Cruz de los Santos |